[Historias] Leyendas urbanas |
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• ¿Qué son las leyendas urbanas? Seguramente, alguna vez un amigo les contó una historia sorprendente y misteriosa que le había sucedido a un conocido, o conocido de un conocido. Quizás ustedes, inclusive, le contaron luego esa historia a otro amigo que, a su vez, se la transmitió a otro. Y hasta es posible que, tiempo después, hayan vuelto a escuchar la misma historia, con alguna pequeña variante, pero como si le hubiese ocurrido a una persona distinta de la que ustedes creían. De esta forma se difunden las leyendas urbanas, esas anécdotas asombrosas de la vida actual, que circulan por todos lados y son contadas como si fueran ciertas, aunque sean falsas o dudosas. Pueden referirse a algun suceso extraño que le pasó a alguien al ir por alguna calle o al utilizar algún artefacto. También pueden consistir en un rumor inquietante cerca de lo que contiene determinado alimento, o tratar sobre la existencia de seres salvajes o sobrenaturales en ciertos lugares de la ciudad. Lo cierto es que en toda leyenda urbana se mencionan situaciones y elementos que son contidianos para nosotros, y eso constribuye a que lo que se nos cuenta parezca real y posible. Por favor recordar que la historia no es mía, su autor es Nicolás Schuff, una persona que admiro mucho. Es un libro que venden en Argentina (quizá en otros países también) que no solo cuenta con una leyenda, cuenta con varias leyendas que te atrapan desde el principio hasta el final. Lo quise publicar acá ya que de verdad me gustaron todas las leyendas, y el que no tiene posibilidad de comprarlo, lo disfrute aquí. Muy bien, empecemos con la Estación fantasma... los túneles son lugares fascinantes. La oscuridad que los inunda los convierte en un ámbito propicio para imaginar que allí existe todo tipo de misterio y cosas temibles. En varias ciudades del mundo, hay trenes subterráneos que recorren diariamente muchos kilómetros a través de largos túneles que forman una compleja red debajo del suelo. El relato que van a leér podría haber sucedido en cualquiera de esas ciudades. Sin embargo, si viajan en el subte de Buenos Aires, podrán ver, en medio de la penunbra, una estación abandonada, como la que se le apareció a la protagonista de esta historia. Se encuentra en algún punto del trayecto de la línea que va de Primera Junta a Plaza de Mayo. Eso sí, ojalá no se encuentren con lo que ella vio. - LA ESTACIÓN FANTASMA - Ahora puedo contarlo porque pasaron muchos años. Pero, en ese entonces, tuve miedo de estar loca. O de que todos me creyeran loca, que es parecido. SIN EMBARGO, YA PASARON MUCHOS AÑOS. HOY LO RECUERDO COMO UN SUEÑO, COMO UNA EXTRAÑA PESADILLA... Yo aún era joven. Estudiaba de noche y trabajaba en un banco, en el centro de la ciudad. Pasaba allí casi todo el día, frente a una computadora. Al mediodía tenía una hora libre para comer. Iba siempre al mismo lugar: un barcito ruidoso, lleno de oficinistas, donde, según el día, servían milanesas, ravioles o arroz con pollo. Aquel día se cumplían dos años de mi trabajo en el banco. Nadie se acordaba, salvo yo, que en realidad, quería olvidarlo. Ese trabajo me aburría. Para colmo, la mañana había empezado mal. Para colmo, la mañana había empezado mal. Mientras elaboraba unas complicadas planillas en la computadora, la máquina hizo de golpe un ruidito y se apagó. Yo, con las manos todavía sobre el teclado, vi mi propia cara reflejada en la pantalla. Me vi pálida, aburrida, preocupada. Me vinieron ganas de llorar. Fui hasta el baño y me quedé un rato allí, junto a la ventanita. Llovía, y el agua, ligera y gris, más que mojar los vidrios parecía arañarlos. Cuando regresé al escritorio, ví que la computadora había vuelto a funcionar, pero todo mi trabajo ser había perdido. Quise explicarle a mi jefe lo ocurrido, y él me respondió: -Si no fueras una buena empleada, pensaría que me estás minitiendo... -Usted puede pensar lo que quiera, señor- dije, remarcando el "señor" para que él supiera que yo lo consideraba cualquier cosa, menos alguien respetable. Salí del banco cuando ya casi era de noche. Aún lloviznaba. Los autos circulaban con los faros encendidos. Las luces de los carteles -rojas, verdes, azules- se reflejaban sobre la calles mojadas. Me levanté las solapas del piloto y caminé tres cuadras hasta la boca del subterráneo. El andén estaba lleno de gente. Algunos leían diario, otros miraban los televisores encendidos que colgaban del techo Los demás capítulos no serán puestos aquí, y las otras leyendas tampoco. Así que si te intereso lea los comentarios que habrá unos cuantos capítulos. Los que están en rojo están en emisión o ya las terminé de publicar. La planta brasilera. La estación fantasma Los cocodrilos albinos Las monedas de oro La aparecida La mascota falsificada El misterio del hombre rana Dernière modification le 1446084000000 |
Sanmiri « Citoyen » 1432931940000
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me gusta la historia.. ojala la siguas |
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Lol, me había olvidado de esto... continuo ~ No bien llegó el tren, la gente se abalanzó para entrar y conseguir un asiento. Yo quedé de pie, apretujada entre una señora que olía a cremas y un hombre que intentaba hablar por un teléfono celular. Me dolía la cabeza; quería llegar a casa lo antes posible y acostarme, ya que ese día no tenía clase. Miraba fijo por la ventanilla para no marearme: podía ver las paderes negras del túnel, con todos esos cables y esos tubos. Pasaron una, dos, tres estaciones... Cada vez subía más gente. Yo bajaba en la quinta estación. Sin embargo, entre la cuarta y la quinta, apareció de pronto una estación nueva, desconocida. Yo hacía ese viaje todos los días, pero jamás había visto aquella parada. Aunque el subte siguió corriendo a toda velocidad, sin detenerse, vi todo como en cámara lenta. La misteriosa estación estaba sin terminar. Era muy vieja o, tal vez, muy nueva. En sus paredes sucias había dibujos oscuros. Eran figuras grandes, extrañas, como de animales o insectos gigantes. Un tubo fluorescente colgaba medio suelto del techo y emetitía una luz pobre, parpadeante. En el suelo había basura, y hasta me pareció ver ratas entre los desperdicios. En unos segundos del andén pude distringuir a dos hombres, sentados en un banco de cemento. Parecían obreros. Tenían cascos y trajes de trabajo. Pero cuando el subte pasó frende a ellos, les vi las caras... o lo que quedaba de ellas. Los hombres tenían el rostro consumido; la piel sobre los huesos era amarilla, cenicienta, y sus ojos..., sus ojos, muy hundidos, eran blancos. Aquellos hombres estaban muertos y sus miradas vacías se clavaron durante unos segundos en mí. Me pareció que sonreían.... |
Floweropasiva « Citoyen » 1445999820000
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OOOHH DIOS SIGUE D:< Soy una obrera (?) Ocno Esta muy buena! Si. No comente hace mese por que me olvide. :'v Dernière modification le 1445999880000 |
Sanmiri « Citoyen » 1446046560000
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ZIGUEZIGUEH Ke kul cici |
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Gracias a las dos, chicas <3 En ese momento sentí verdadero terror. Fue como si tuviera dentro del cuerpo un animal vivo, de muchas patas, que me subía desde la panza a la garganta. Después escuché un zumbido penetrante dentro d e la cabeza, vi todo negro y me desmayé. Cuando desperté, staba recostada en un banco, en la última estación. Un hombre me apoyaba un pañuelo húmedo sobre la frente. - Hola - me dijo, sonriendo. - ¿Dónde estoy? -pregunté asustada -.¿Qué me pasó? - Creo que te bajó la presión - me explicó el hombre -. No te caíste al suelo porque el subte estaba lleno. - Gracias - dije, mientras le devolvía el pañuelo y trataba de incorporarme. - ¿Te sentís mejor? - Sí... No sé... tuve un día largo - me excusé. No quería explicarle todo. Además, no estaba segura de lo que había visto. Me arreglé un poco la ropa e intenté pararme. De pronto, recordé la macabra estación y las piernas se meaflojaron. El hombre me ayudó a sostenerme. - ¿No querés que te acompañe? - preguntó -. Me parece que estás por enfermarte... Lo miré. Tenía mi edad, más o menos. Algo en él me transmitió confianza. Le dije: - Por lo menos salgamos de acá. Necesito respirar aire fresco. Afuera, la lluvia continuaba. Respiré profundo y el aire de la noche me reanimó. - Me llamo Carlos - dijo él. Yo me presenté, y caminamos un rato en silencio. Carlos preguntó: - ¿No querés tomar un café? te va a hacer bien. Yo le dij que sí. Todavía no quería quedarme sola y volver a casa. |
Sanmiri « Citoyen » 1446133860000
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Jenial, cici ME MATA LA INTRIGA, SIGUEH |
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Esto deveria publicarse en Off-Topic Arts, porque no está relacionado con TFM de ninguna manera. |
Ivayoa « Citoyen » 1446162240000
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Oh *-* me encanta Dernière modification le 1446162300000 |
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Entramos en un bar pequeño y cálido, y nos sentamos a una mesa junto a la ventana. Las paredes del bar estaban adornadas con cuadraditos. Eran fotos en blanco y negro de puentes de todo el mundo. - ¿Sabes...?- me dijo Carlos -. Antes de desmayarte abriste muy grandes los ojos. Pusiste una cara de susto tremenda... ¡Yo mismo me asusté! Comprendí entonces que, enel vagón, Carlos me había estado observando. Sonreí, pero no dije nada. Realmente, Carlos era lindo. Me gustaron sus manos y su sonrisa. Tenía una nariz grande y un poco colorada, que le daba un aspecto cómico. Después de tomar el café me sentí mejor. En la calle estaba dejando de llover. - Me parece que voy a ir yendo para casa - dije. Cuando nos despedimos, Carlos me pidió mi número de teléfono, se lo di. Y, antes de irme, le pregunté: - Carlos, ¿vos creés en fantasmas? Él se quedó en silencio un instante. - Me parece que no - Respondió. Y después agregó -: ¿Por qué? ¿Sos un fantasma? Yo me reí. Le dije: - ¡Ya se que estoy pálida y doy miedo! cortito q.q |
Ivayoa « Citoyen » 1446238980000
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si q.q muy cortito, pero interesante ♥ |