Como algunos sabrán (o no), Sigmund Freud fue un psicoanalista que, además de hablar de sexo, realizó bastante teorías sobre la mente humana. Este hombre además fue uno de los primeros en hablar sobre traumas psicológicos y diversos conflictos mentales, sosteniendo que todo se debe a recuerdos en la mente que creemos olvidados pero que en realidad nos marcaron. Realmente algunas de sus teorías (sobre todo las que tienen que ver con la sexualidad) están desmentidas, pero no podemos negar que el tipo aportó muchas cosas al estudio de la mente.

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Teoría del inconsciente

En su día Freud realizó un modelo topográfico que ahora se representa con un icerberg.

• En la superficie podemos encontrar nuestra consciencia, donde están todos esos pensamientos accesibles para nosotros.
• Debajo se encuentra el pre-consciente, donde encontramos todo lo que la memoria puede recordar sin mucho esfuerzo.
• Y en la tercera parte tenemos el inconsciente, que es monstruosamente amplio y abarca todos esos recuerdos que quizás jamás vayamos a usar.

Este mundo insconsciente puede ser revelado a nosotros de muchas maneras, y una de ellas es a través de los sueños. Freud también escribió un libro llamado La interpretación de los sueños donde habla mucho más sobre este tema.

Y como expliqué antes, Freud creía que muchos de los conflictos mentales que tiene una persona se deben a recuerdos guardados en el inconsciente que podemos sacar a base de la hipnosis (que luego dejó atrás), de la catarsis y del psicoanálisis en general. Por ahí tuvo una paciente con histeria que había dejado de beber agua debido a que de pequeña le habían dado de beber el mismo agua que a su perro (shit happens), y tras desbloquear ese recuerdo pudo volver a beber agua con normalidad.

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La estructura de la mente

Antes de seguir debemos recordar una cosa que a muchos se les olvida: somos animales. Podemos ser seres humanos racionales, inteligentes, capaces de resolver cualquier problema matemático que nos pongan delante, pero sobre todo somos animales. Seguimos teniendo instintos tan primitivos como los de cualquier otro ser vivo.

Freud dividía la mente humana en tres partes:

• Yo, que vendría a ser nuestro concepto de realidad.
• Superyó, que sería nuestra parte más moral.
• Ello, que representa nuestros instintos.

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Imagínate que vas por la calle y te encuentras una cartera con 50 euros dentro. Tu yo va a decir ''ah mira, me encontré una cartera'', mientras que dentro de tu cabeza las otras dos partes van a estar peleando para que tú decidas qué hacer con esto. Tu superyó por ejemplo te dirá que lleves eso a la policía porque el dueño seguramente estará preocupado y necesitará ese dinero, mientras que tu ello te dirá que te quedes la cartera, que no hay nadie mirando, que no te van a pillar.

Básicamente toda nuestra vida se basa en un debate entre estas dos partes. Por las mañanas una de ellas nos dice que volvamos a la cama para complacer nuestras ganas de dormir, mientras que la otra nos dirá que vayamos a trabajar/estudiar para cumplir con nuestro deber. Es como la típica imagen de un diablo en uno de tus hombros y un ángel en el otro.

Según Freud, la mejor manera de vivir es manteniendo un equilibrio entre los dos. Si te dejas llevar por el ello lo más probable es que acabes en la cárcel o muerto en una cuneta, pero si solo sigues a tu superyó es muy posible que desarrolles alguna enfermedad por reprimir tanto esos instintos. Y vuelvo a decir que estamos hablando de una teoría de un señor que vivió en el siglo pasado, el mismo que creía que la homosexualidad se desarrolla por pegarte demasiado a tu padre o a tu madre, así que no se lo tomen al pie de la letra.

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En resumen, Freud creía que nuestra personalidad, nuestros comportamientos y demás se debían al mundo inconsciente. ¿Es verdad? Quién sabe, está claro que no todo lo que hacemos depende de eso, pero sí puede ser cierto que el universo inconsciente tiene gran importancia en lo que hacemos día a día.