HISTORIA DE HORROR BASADA EN HECHOS REALES

Capítulo 2: Sombrero o Simulacro

Empezando con una visión algo borrosa, observo mis brazos, mis piernas y el resto de mi cuerpo. No sé qué está pasando, no tengo idea quién o qué me ha hecho semejante calvario, pero de algo estoy segura...

Ahora mismo, soy un monstruo. Soy un hombre. Grito desconsoladamente.

Me encuentro en medio de un lúgubre bosque, rodeada de macabros violadores que, de alguna forma, se ven exactamente igual de como me veo ahora. Sombreros puntiagudos, como los que llevaban esos malditos falocentristas, los "peregrinos", quienes decían haber descubierto el "nuevo mundo" ¡JA! como si esas malditas falacias machistas fueran reales; obviamente nosotras, las mujeres, lo descubrimos mucho antes.

En conclusión, por alguna retorcida razón que me llena de escalofríos pensar, aparecí repentinamente en el cuerpo de un hombre. Como todos los demás también tengo puestos unos miserables lentes y una corbata propia de un simio heterosexual, la peor desgracia que existe en nuestro mundo. La mayoría de estos sucios animales avanzan hacia la derecha, juntos. No sé qué es esto, no tengo idea de por qué todos están vestidos como yo. NO TENGO IDEA DE POR QUÉ FÍSICAMENTE ME PAREZCO A UN HOMBRE, A UN NEGRO DE PIEL MARRÓN ENCIMA. Y no, no me voy a quedar atrás, antes de que esos malditos abusadores patriarcales me quieran tocar un pelo de encima, ellos morirán.

Con suerte, entre tanto pasto y pequeños arbustos, encuentro un fierro amarillo en forma de varita. Es simplemente perfecto, cuando esos miserables intenten acosarme —pensando que sólo llevo un simple elemento de utilería entre mis manos— les romperé el cuello en dos mitades con esto.

Tras un breve respiro, ya más segura, bajando la guardia y guardando un poco la calma, me detuve a presenciar la luna a mis espaldas. Tan grande, tan hermosa, tan radiante y... perfecta.

En un simple abrir y cerrar de ojos pareciese que mi fe feminista fue puesta a prueba. Inmediatamente vi emerger desde un cúmulo de viento la desconcertante y perturbadora presencia de un fantasma. Pero no soy idiota. SEGURAMENTE ES UN HOMBRE DISFRAZADO, UN MALDITO RETRÓGRADA MARSUPIAL. De forma inimaginable logra levitar sobre el aire, ahora con una oscura mirada penetrante que comenzó a extenderse sobre mí. Este momento, semejante a un extraño e hipnótico efecto déjà vu, me dejó completamente inmovilizada, presenciando lo que podría ser mi muy probable tránsito a la muerte.

Quebrando el instante de parálisis, uno de los patanes heteropatriarcales se aparece sagazmente desde las ramas. De inmediato saca de su espalda otro fierro amarillento, y como si de un cuchillo se tratase, fue hacia al fantasma por detrás y le dio como siete fuertes puñaladas.

En consecuencia, perpleja, observo como aquella entidad comenzó a sucumbir desvaneciéndose en el mismo aire.

...

Quedé atonada.

Entonces... ¿Un hombre me ha salvado de este tormento? No, NO Y NO. Yo sé lo que pasa ¡ES OTRA POBRE VÍCTIMA DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO COMO YO! Otra pobre muchacha raptada y que cuya apariencia fue modificada en la de un horrible macho inferior al igual de como me pasó.

Sin alientos, mirándonos en lo más profundo de nuestros ojos, le pido saber su nombre. —Shadowstina —ella responde.

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Capítulo 3: Reunión de brujas

Los días pasaron, las preocupaciones no.

Nuestro mundo está plagado de cosas que no deberían existir; violencia, hombres, HÉTEROS y otras barbaridades que con solo pensarlas me dejan la piel erizada. Por esa misma razón, mis tres aliadas y yo decidimos crear un lugar para toda aquella señorita excepcional que quiera estar a salvo de este mundo opresor lleno de agresión... "All In One Ass" ha llegado a todas vosotras.

(Y por cierto, la mañana siguiente después de ese hecho inexplicable en la oscuridad del bosque volví a tener mi cuerpo normal de fémina superior. Todo es muy extraño, lo sé.)

Nos encontramos dentro de la casa con mis más fieles y cercanas amigas; Shadowstina, Thigaturra y Rebésica, faltando unos pocos minutos para que el reloj marque las siete; la hora en que todas las futuras reclusas que deseen unirse a la tribu estén en el patio delantero, juntas.

El estilo blanquecino, propio de los edificios antiguos, recubre todas las habitaciones con aires de lujo, misterio y respetabilidad. Quizá sea este el porqué, a pesar de la frivolidad del nombre, decidimos quedarnos en esta casa en primer lugar. Esta atmósfera intrigante, atrapante, donde hasta el presente silencio parece tener un encanto espiritual.

Las cuatro, ya en las escaleras, nos mirábamos con ansias unas a otras las caras, intentando no desviar la vista del pasillo que daba hacia la entrada.

Finalmente el reloj hizo su peculiar sonido...
—Llegó la hora —les digo—. Hay que abrir la puerta.

Tranquilizando los nervios, y con el mensaje de bienvenida en la cabeza, dimos unos pasos lentamente dirigiéndonos hacia ella. Tras un breve momento de afección, suavemente abrimos la puerta con elegante delicadeza.

Y sorpresa. En absoluto, no había nadie allí.

—LA CONCHA DE LA LOREMG ¿¡POR QUÉ NO HAY NADIE ALLÁ AFUERA!? —grito furiosa.
—NO SÉ —Thigaturra responde agitada—, tal vez lleguen con retraso.
—...
—Y-YA SE LO QUE PASA, ¡¡EL HILO DEL FORO!!—intenta arreglarlo.
—Pero lo publicamos... —dice Rebésica.

Me paso mis manos por la cara, alivianando mi frente, intentando ocultar mis lágrimas. Una vez más entiendo lo sucedido, entiendo quién es el responsable... el maldito patriarcado.

Las tres entramos a la página de Atelier 801, viendo la parte del foro donde los otros publicitan sus opresoras tribus. Efectivamente, el hilo fue publicado, pero... también fue cerrado. "Han pasado dos días y no has agregado más información sobre tu tribu en el hilo. En caso de que quieras recrearlo, por favor esta vez hazlo más completo."

¿Quién me lo cerró? Un hombre, já. Es demasiado claro, es demasiado obvio... TODO ES UN TRUCO DE LA SOCIEDAD HETEROPATRIARCAL PARA QUE MI IDEOLOGÍA ANTE LA VIOLENCIA MACHISTA MUERA Y NUNCA SALGA ADELANTE. Esto no se quedará así, Obemice... ¡LAS PAGARÁS!

—Ay ¡por favor! Si el hilo está muy completo. De requisitos pusimos no tener pene, de reglas no traer hombres y hasta tenemos eventos, el día menstruante —dice Shadowstina, indignada.

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Pasaron los días...

Las siguientes jornadas me encargué de finalizar mi gran proyecto. Falsificar pruebas para que esos desgraciados putófobos (los "sentinels") las paguen. Al acabar de escribir mi extenso texto guardé el borrador en una sección oculta dentro del subforo de mi tribu para el día siguiente publicarlo. Le puse de nombre "unnamed" porque según Google así se dice "sin nombre" en inglés y la verdad es que estoy demasiado ocupada como para pensar en algo.

La mañana siguiente publiqué el comentario en el feedback de centinelas. Lo que pasó fue simplemente maravilloso. De alguna forma mi comentario fue ganando popularidad, todos los usuarios indignados contra "el malicioso staff actual" se rebelaban contra ellos por sus crueldades cometidas. Formidable.

Al cabo de un día Obemice fue expulsado con la idea de acabar con los disturbios (a alguien tendrían que culpar ¿no?) dándome cuenta de algo muy importante; la razón de por qué mi mente estaba en blanco. El por qué de todo lo sucedido... me percaté de todo mi poder, de mi supremacía, de mi potencial...

Después de todas mis batallas, después de todo lo ocurrido, finalmente lo entiendo... ¡YO SOY LA LUZ! SOY LA RESURRECIÓN Y LA VIDA. YO SOY LA MESÍAS. ÉSTE ES EL NACIMIENTO DE LA VERDADERA HIJA DE DIOS, EL QUE CREA EN MÍ AUNQUE HAYA MUERTO VIVIRÁ; Y EL QUE NO LO HAGA SUFRIRÁ LAS TERRIBLES CONSECUENCIAS.

YO SOY EL CAMINO, LA VERDAD Y LA MISMÍSIMA VIDA. YO. SOY. JESUSA.

All In One Ass fue una de las muchas tribus fundada por la sociedad heteropatriarcal; creada única y exclusivamente con fines de burla hacia tribus enemigas, a la vez falocentristas. Terminando abandonada y posteriormente comercializada, ésta cambió de administración; nuestra administración. Sobrevivimos, y hasta ahora es todo lo que hemos hecho, pero viendo sus caras, todas hermosas, yo sé que juntas haremos más que sobrevivir, es nuestro momento de florecer.

—¿Quién es la líder? —una de nuestras invitadas pregunta.
—Es Dios. Y está delante de tus ojos.

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Capítulo 4: Arde el aquelarre

La tribu progresa como nunca antes lo había hecho. Gracias a todo este revuelo alcanzamos la mayor cantidad de miembros que alguna vez hemos tenido; doce. Si bien estamos en nuestro mejor momento no debemos quedarnos con los brazos cruzados, nuestra misión sigue siendo la misma; luchar por nuestros derechos, la justicia y todo aquello que la sociedad heteropatriarcal nos ha arrebatado de las manos. Y tengo una seguridad total al decir que mis leales discípulas y yo lo terminaremos logrando, a excepción de la que, bueno, la que alguna vez lo fue... Cakeques.

Lo recuerdo muy bien, la pequeña pelea que tuvimos, maldita zorra. Siempre negando la verdad de mis palabras y queriendo hacerme quedar mal frente a mis adeptas. El que en mí no permanece será echado fuera como pámpano y secará; y los recogerán, y los echarán en el fuego. Arderán.

Estábamos con nuestras invitadas, las futuras reclutas, dando un paseo por las habitaciones de la casa, mientras relataba la historia de ésta; la antigua tribu heteropatriarcal que gracias a nosotras pudo ser transformada en una casa, una familia, dándonos la oportunidad de luchar por nuestros derechos como mujeres que somos. Pero no... una de nuestras invitadas hizo solo una pequeña pregunta y ella no tardó en responder.

—¿Quién es la líder? —una de nuestras invitadas pregunta.
—Es Dios. Y está delante de tus ojos —respondo.
—¿Dios? ¡Por favor, sólo escuchen las barbaridades que está diciendo! —Cakeques comienza a parlotear.
—A ver, ella no es Dios ni Jesús... ¡No es nadie! Sólo es una feminista extremista que no lucha por los derechos de nadie, que dice ser alguien que no es y que encima exige poder ¡Recapaciten!

Y allí comenzó a decir sus boberías. Ciertamente no me importa lo que diga, estoy feliz de que mis leales seguidoras hayan hecho lo que debían hacer; expulsarla. No sé dónde quedó, pero no me importa, aunque en el fondo de mí anhele que quedase varada en ese siniestro bosque en el que alguna vez he estado. Sí, soy la mesías, pero no penséis que he llegado para traer paz a esta tierra, porque realmente he venido a traer espada.


Pasaron los días, ya era sábado, la fecha en la que teníamos prevista nuestra primera actividad como tribu; luchar por los derechos de la mujer a plena luz del día a las 7 de la tarde. Estamos en una de esas heteropatriarcales salas, llenas de hombres que te violan solo con la mirada. Pero no importa qué tan llena de subnormales esté, la mesías está aquí, junto a sus apóstolas, a un paso de comenzar a dar la palabra, con el fin de hacerle saber a cada estúpido usuario de esta sala lo que nosotras realmente significamos.

Shadowstina comienza con el discurso, mientras hago callar a aquellos que se rehúsan a escucharla. Pobres ciegos de mente quienes se van a otra sala. Ella me da la palabra.

—Por esto ciertamente os digo que los últimos días se acercan, mis siervas. Vosotras tendréis la oportunidad de venid conmigo si no queréis sufrir las repulsivas consecuencias que ocurrirán al no aceptar...
—Por el amor de Dios —dice Cakeques, llegando sorpresivamente a la sala. Ignorándola, sigo.
—Porque el patriarcado no fue un invento de unos hombres locos, tiene el apoyo de todo un sistema económico detrás. El capitalismo—. De pronto ella vuelve a interrumpir.
—¿Podrían al menos tener un mínimo respeto hacia alguien? ¿Y por qué hablabas en ese español castellano?
—Hablas de respeto, mírate, una española, donde se asesinan cruelmente animales por diversión.
—Que no soy de España...
—Claro, claro, no eres de España ¿y sabes también qué no eres? UNA MUJER, UNA PERSONA. Tal cual como una vez me has dicho, NO ERES NADIE. SÓLO UNA INMUNDA RAMERA, QUE CON TODAS TUS IDEAS FALOCENTRISTAS SE NOTA A AÑOS LUZ QUE TENÉS EL ALMA DE UN HOMBRE ¡¡¡PEDAZO DE TORTA!!!

En ese momento, se queda sin palabras. Al igual que todos los demás en la sala.
Sucia perra, te rompí el orto con mis más sinceros argumentos.

—...Y te haces llamar feminista. ¿Sabes qué? Los hombres serán siempre nuestros compañeros, sean como sean, y no, no son nada parecido a como los relatas.
—Ah claro ¿y el machismo llegó por vía ovni?
—Llamaré a un moderador —responde indignada.
—¿De veras crees que un sucio moderador podrá hacerme callar? Querida, te lo recuerdo, YO SOY LA MESÍAS.
—¡BASTA!
—Y ahora te comenzás a exaltar ¿no?
—No sé qué tienes en la cabeza, pero otra vez te lo digo: NO. SOS. JESÚS.
—Jesús fue sólo un invento del patriarcado para que el hombre cobre aún más importancia, son todas mentiras, pero no importa, porque la verdadera imagen y gloria de un "Dios" está aquí, frente a ti.
—No me importa, soy atea
—Y eso lo explica todo.
—¿Pero quién te crees? Si sólo eres una oveja ciega guiando a otros al vacío, diciendo luchar por los derechos de alguien cuando en realidad haces todo lo contrario
—¿Te atrevés a llamarme ciega? JAJAJA, me caigo de la silla, si eso es lo que tú eres, una ciega, una atea, cegada por la realidad, que no puedes ver más allá
—¿Y tú? Diciendo que Dios y Jesús son sólo un engaño...
—Yo sí creo en Dios. Soy yo. Y no tienes idea por todo lo que he pasado cariño.
—...
—En un comienzo, al llegar aquí, estaba sola, desolada. No había nadie cerca de mí, salvo un misógino ratón enorme que llevaba un extraño sombrero como el de un profesor. Ese maldito machista acosador estaba casi arriba mío, observándome, obligándome a que junte un sucio y apestoso queso para él.
—...
—Y luego de mis intentos fallidos de escape no tuve otra opción que obedecer sus falocéntricas órdenes. Lo hice, entré al agujero, justamente en el momento que puso su escalofriante mirada en mí, dándome otra maquiavélica orden más.
—ESO SÓLO ERA EL TUTORIAL ¡POR FAVOR!
—Y ni hablar cuando me secuestraron y desperté vestida horriblemente con un disfraz de brujo de hombre. Todo esto en medio de un bosque, rodeada de macabros acosadores, "machotes", que por alguna razón iban juntos y juntaban caramelos ¿para secuestrar niñas tal vez?
—QUE ESE ES EL EVENTO DE HALLOWEEN, POR DIOS, NO LO HICIERON CON MALAS INTENCIONES.
—Mirá querida ¿por qué mejor no te vas a hacerle un culto a tu novio Satán junto a tus amigos los negros, diciendo "Oh Dios no existe, alabado sea Darwin, alabado sea Dawkins, bla bla bla" mientras seguís llamándonos feminazis cuando sólo buscamos la igualdad, ah, y andá a comer torta ¡GORDA!
—Tiene razón, andate a la re concha de la Loremg —dice Rebésica, que junto con las otras estuvieron innecesariamente mudas como por 15 minutos, pero bueno, pobre de ellas, que de seguro les agarró sida en los ojos al ver las pendejadas que Cakeques dijo.
—... USTEDES SE VAN A IR A LA CONCHA DE LA LOREMG, USTEDES, ¡SECTARIOS! —contesta la Señorita Cake con toda su furia.

En ese instante, un aviso rosado salió en medio de la sala. Y no, nadie ganó ningún jackpot. "Cakeques no puede hablar durante 1 hora. Razón: Insultos". Esta es la más diva y perfecta prueba del karma, esto es lo que sucede cuando alguien intenta meterse conmigo. —Disfruta tu estadía estando muda, zorra—. Inesperadamente, al momento de escribir una sola cosa más en el chat del juego, me quedo boquiabierta al ver un texto diciendo que soy baneada por unas infernales 24 horas.

¿¡QUÉ!? ¿¡POR QUÉ!? ¿¡QUÉ HE HECHO YO!? Todos sabemos que sólo predicaba amablemente la palabra cuando ella y sus cosas de obesa comenzaron a molestar a toda esta pobre sala. Esto es... UNA INJUSTICIA. No sé quién mierda se crea que es este moderador para banearme, pero si ese hijo del patriarcado cree que hizo lo correcto verá, TRANSFORMICE LO PAGARÁ.

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Las siguientes 24 horas, sin avisarle a nadie sobre mi "misteriosa desaparición", sin tocar ni siquiera el mouse del computador, estuve pensando en cómo reaccionar ante todo lo sucedido. Y ya tengo el veredicto. No, no puedo intentar acabar con el Staff haciéndolos caer uno por uno, y menos en uno como este, que si ellos lo desean pueden usar los enchufes a su favor como para traer siete miembros nuevos de una sentada. El patriarcado es gigantesco, inmenso, y si quieres acabar con él deberás ir por la cabeza del rey primero.

Y por esto te lo digo a ti, creador de Transformice; Tigrounette, Jean Baptiste Lemarchand, como te guste llamarte... En las fechas siguientes llegará tu fin. TÚ MORIRÁS.

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Capítulo 5: Noche de Halloween

Conocí Transformice por primera vez en el 2013, el mismo año de mi transición, donde pasé de ser tan solo una indefensa niña de quince años a lo que, con mucho valor, puedo decir que soy ahora. TFM era una forma de escapar de la realidad en la que vivía, el único juego que en mi computadora corría. Mi madre, una solitaria con una grave enfermedad autoinmune, murió unos pocos meses después de haberme parido. Por lo que me mudé con mi padre, un católico ortodoxo que era ni nada más ni menos que un maldito enfermo mental, a un lugar desolado en Santiago del Estero donde me encuentro ahora.

Si bien mi “padre” —si así puedo llamar a ese enfermo— recibía dinero todos los meses, teniendo una economía bastante estable, el lugar en el que estábamos era simplemente basura; nuestra casa era la única que se encontraba a kilómetros, no habían calles ni otras edificaciones, nada. La zona era la de un mismísimo bosque seco. Literalmente no se veían colores verdes, la poca vegetación que había estaba seca, árida, marchita, como si no hubiese llovido en años.

Aunque no me guste admitirlo, toda mi vida viví en una tétrica soledad, el lugar en el que resido es simplemente horroroso, y recuerdo que la segunda razón de por qué no podía dormir por las noches era debido a las siniestras leyendas que merodeaban el lugar. Sin embargo, aunque he visto cosas, de cadáveres a espectros, nunca estuve en una situación tan horrorosa y repugnante como la que vivía dentro de las cuatro paredes de lo que se podía llamar mi “hogar”.

Mi padre estaba la mayor parte del día fuera de casa, y en parte eso era bueno, porque cuando ese abusador estaba… la pasaba de malas. Ese maldito me acosaba, abusaba de mí. Entre lecturas de la Biblia y cuentos infantiles yo era tan solo una niña que vivía en un mar de terrores e inseguridades gracias a lo que él me hacía. Al principio no me percataba de ello pero se transformó en algo totalmente enfermizo con el paso del tiempo. Recuerdo aquella noche; él llegó a la casa, con su maquiavélica mirada en alto se acercó a mí y comenzó a toquetearme, se puso detrás mío, bajándose los pantalones me tomó por la espalda y… simplemente grité de angustia por lo que pasó después.

Mi única salida era ese juego de ratones, donde poco a poco gracias a Internet me fui dando cuenta del mundo en el que vivía, lo que tanto en mi casa como en esas tribus virtuales pasaba, y donde me di cuenta en la clase de sociedad en la que estaba.

Todo cambió un 31 de Octubre del 2014, día de Halloween, que si bien aquí no se celebra —y menos en Santiago del Estero— en Transformice sí. Fue en ese evento, donde había que golpear las oscuras puertas de Kürbisses, cuando las ideas más macabras se postraron en mi cabeza, aportándome la visión de cómo salir de esta condena; tenía que matar a mi padre, él debía morir para yo salvarme, y en ese mismo día.

Se hizo la noche.

La mayor parte de lo que quedaba del día estuve sentada en el sillón de la sala principal con su revólver en mano, cuestionándome si verdaderamente valía la pena matarlo, qué pasaría si lo hiciera y un sinfín de preguntas más. En ese momento de repente oí el sonido de su camioneta entrando. Estaba decidida, debía hacerlo. Esos segundos en el que él caminaba hacia la puerta, paso por paso, fueron eternos, infernales; mi corazón no paraba de latir, tenía ansiedad y el sudor no paraba de caer sobre mi piel. Escuché el sonido que hizo el picaporte cuando la llave empezó a girar dentro de él. Sentí escalofríos. Miles de pensamientos pasaron por mi cabeza. Apunté el arma hasta la puerta y... ésta se abrió.

Temor. Esa es la mejor definición de lo que sentí. En menos de un segundo oculté el revólver en mi parte trasera. Él entró lentamente y pareciera que no se hubiera dado cuenta. Seriamente se me acerca, con su mirada adentrándose en mis ojos, penetrando en lo más profundo de mi frágil alma. En ese momento se pone frente a mí y de manera rápida y agresiva me agarra fuertemente del brazo, haciéndome parar, como para sacarme la pistola de la mano. —¡ESTÚPIDA! —me dice. Furioso, comenzamos a forcejear. En tantos movimientos bruscos por poco logra sacarme el revólver de atrás. Pero se dispara. Él cae al piso rendido y yo lo veo, desangrándose, con ese líquido rojo esparciéndose a lo largo de todo su cuerpo. Corrí asustada.


Los días que pasaron no dejaba de preguntarme qué había hecho; sentía culpa, remordimiento, desesperación. Enterré el cadáver donde se hallaban unos arbustos espinosos ya secos bastante lejos de casa, un lugar en el que nadie podría encontrarlo. Las emociones me invadían, en un estado tan débil me preguntaba ¿Cómo podría librar mi mente de todo esto? Y la respuesta era fácil, Transformice, en donde seguiría viviendo una realidad en donde todos mis problemas sencillamente no existen y no existirán.

Si bien mi mente frente a las pantallas estaba despejada, esas preguntas seguían deambulando por mi cabeza. Detrás de todo Transformice ¿Cuánta gente estará viviendo como yo? Asesinos, víctimas abusadas… Sólo imagínense la cantidad de jugadores que se habrán suicidado desde que el juego se creó mientras que los demás usuarios pensaron que éstos sólo lo abandonaron. Poco a poco me fui dando cuenta de la realidad, tanto real como virtual, plagada de un patriarcado tan siniestro como en el que mi abominable padre ha estado.

Nunca nadie se dio cuenta de su desaparición. Al igual que mi madre, salvo por unos primos lejanos que viven en otras provincias, por poco no tiene familia. Sus ingresos siguieron llegando a la casa, como si nunca nadie se hubiese dado cuenta de que había sido asesinado. En fin, lo que ese desgraciado se ha ganado.

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Comer, jugar, dormir. Pasaron ya 3 años, viviendo una vida que se basaba únicamente en Transformice. Pero hubo una cuestión que comenzó lentamente a causarme problemas con la calidad del juego; el aburrimiento. Ya al haber desbloqueado la mayoría de los títulos, junto a los eventos reciclados y cansinos, más la monotonía que cada vez se me hacía más pesada, sumado a todos los jugadores que se iban y nunca volvían… Me pregunté seriamente ¿Este era mi tan postergado momento de tener que afrontar la realidad y abandonar el juego? Pues no, aún no.

Las épocas doradas jugando esto eran las que realmente podía decir que me divertía. En este mundo en decadencia, sólo me preguntaba si hubiese una forma de rehacer tu vida de nuevo, comenzar de cero. En otras palabras, regresar a esos gloriosos momentos en el que sólo eras alguien nuevo donde cualquier cosa que hicieras era una novedad y te daban ganas de estar... La respuesta no tardó en llegar. Bastante simple; dejando esta cuenta y creando una nueva.

Pero... ¿Realmente estaba dispuesta a abandonar todos mis logros por el capricho de comenzar de nuevo? Sí, lo estaba. Y así fue, el 31 de Octubre del 2017, cuando comencé mi vida de vuelta, en una nueva cuenta, como una persona totalmente nueva. Sin embargo algo era distinto, todo estaba igual pero a la vez era diferente, esto gracias a un pequeño cambio; ya no estaba ciega.

Nunca antes me había dado cuenta de todo lo que este juego buscaba mostrar, sus verdaderas intenciones, lo que realmente es; uno tan misógino y asqueroso como la persona que mi padre fue. Sujetos como estos existen gracias al patriarcado, y se multiplican como cucarachas, entrando en la cabeza de víctimas indefensas para poner sus huevos sin que ellos se den cuenta.

Hoy puedo decir que me despido de Transformice, y que mi mente es la única inmune a estas tácticas. Yo, La Mesías, quien tiene la misión de liberar a todo este mundo opresor de las sucias garras del machismo ancestral. Durante varias semanas intenté concienciar a cuanta más gente pude dentro de este juego, pero nunca fue suficiente, es mi tarea ir por más, como ha sido ya profetizado. Los pasajes a Francia ya han sido comprados, Marcq-en-Barœul está a la vuelta de la esquina. Una nueva era habrá. Una masacre en la que nadie se podrá salvar se librará por el bien de la humanidad. LOS ADMINISTRADORES MORIRÁN ¡LA REVOLUCIÓN COMENZARÁ!

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Capítulo 6.1: Caperucita Roja

Parte I

5 MESES DESPUÉS

Francia. Clima frío, pero primaveral. Son los últimos días de abril.

Esta semana mi vida cambió para siempre, hace tan solo unos días estaba atrapada, desolada, en las líneas imaginarias de Santiago del Estero, dentro de un país gobernado por un "machotesidente" que no vale la pena mencionar. Sin poder salir de un mugroso y repugnante juego llamado TRANSFORMICE.

Hoy estoy en una ciudad llamada Lille, al norte de Francia. Había volado entre las nubes, desde los cielos, dando un paso adelante para acabar con las raíces de este mundo opresor.

La vegetación, las grandes megaestructuras y las personas mismas son cosas que casi no pude conocer además de simples fotografías en la web. Todas las personas a mi alrededor pasan indiferentes, sin saber absolutamente nada de mí, frente a mí. Yo soy la jueza de la existencia misma, decidiendo qué persona puede conservar su vida o a quién es necesario arrebatársela. Y es cierto, no tengo idea de cómo funciona su idioma, tal vez se me puede considerar en la "ruina" por haber gastado todo el dinero que tenía, que se fue acumulando por meses mientras llegaba a la casa. Pero a nadie le importará, ni lo sabrán.

Entre todas estas cosas también soy la diosa de la muerte y el sigilo; teniendo dos pistolas armadas junto a un silenciador en la mochila.

Cada paso que doy me acerca aún más a dicho lugar específico. Ya estoy Marcq-en-Barœul, a menos de una cuadra donde reside la cuna de la heteropatriarcalidad; las oficinas de Atelier.

Sigo caminando. Hay dos calles divididas por unos arbustos donde se ven automóviles pasar. Al fondo, donde la vista se nubla, se pueden ver una hilera de árboles con algunas casas de ensueño detrás. Paso al lado de una casa de comida llamada "Le Restaurant", hay varios autos estacionados. Se ven tres edificios a su lado; dos rojos y uno blanco.

Había llegado.

Aguardo sentada contemplando su edificio desde afuera. Eran las siete de la tarde y estaba a punto de oscurecer.

Ya en medio de la oscuridad, cuando todos se hayan ido, entraré al edificio. Es necesario planificar lo mejor posible la masacre para que todo salga según lo cometido.

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Pasaron las horas y entré.

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OKAY, ESTOY ASUSTADA. LAS COSAS ESTÁN RARAS AQUÍ. Son las 12:07 de la noche, por alguna razón la puerta de la oficina parecía cerrada pero en realidad no tenía ninguna clase de llave. Estaba abierta, con el logo de la empresa en ella.

No, esto no era lo planeado... pero no me quedó opción. Para ese momento, aunque ni siquiera era el día de realizar mi venganza, de manera imprevista y sumamente accidental terminé matando a alguien.


Fue muy rápido, no estuve por más de 10 minutos aquí y todo parecía desolado por completo. Puro silencio, luces apagadas, solo se podía contemplar la oscuridad que reflejaban las ventanas. Por menos de un segundo me pareció haber escuchado un pequeño "grito", aunque más bien parecía venir de afuera. Estando al tanto de esto saqué de la mochila una de las pistolas y la linterna. Todo seguía igual. Estaba rodeada de mesas y computadoras, de hecho muy modernas, con pantallas finas, grandes y rectangulares... algunas sin teclado y también un par de gabinetes de CPUs cuyos cables se encontraban afuera.

Y de repente las luces de la sala se encendieron. En una de las muchas paredes blancas, del otro lado de la sala, justo en el interruptor, había un sujeto vestido de pies a cabeza con una túnica roja. Simplemente... ¿¡QUÉ MIERDA!? Era muy macabro. Los dos reaccionamos al vernos. En el milisegundo en el que las luces se prendieron ya estaba atemorizada ¿Qué era eso? Lo miraba mientras lentamente iba retrocediendo. Él seguía parado, inmóvil, con las manos en los botones de encendido. Seguramente pensando, y recalculando.

El infame disfrazado reaccionó rápido. Corrió hacia la mesa que estaba delante de él y agarró uno de los pesados gabinetes yendo hacia mí. VA A MATARME.

Aterrada, completamente alterada y sin pensar en nada, hui cuanto pude, pero finalmente una pared frenó mi paso. Rápidamente tomé mi pistola, y sin siquiera ver apunto y disparo, DISPARO, y sigo disparando.

Junto al ruido del impacto de la pieza del computador cayendo al suelo, el enmascarado cayó al piso haciendo chillidos. Un charco de sangre comenzó a formarse alrededor suyo. A continuación, por los sonidos que emitía, me di cuenta de que se trataba efectivamente de un hombre.

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No sé qué carajos está ocurriendo. Una vez más me siento inmovilizada, mientras observo como la tela roja de su túnica se está oscureciendo con el líquido rojo de su sangre. Veo para los costados y no sé qué hacer ¿Qué hace este tipo aquí? ¿Por qué está vestido así?

Allí mismo miles de preguntas pasaron por mi cabeza ¿Acaso él también quería destruir la empresa? ¿O era un mero ladrón? ¿Puede que de alguna forma supiese sobre mis planes y quisiera acabarme? Sería mucha coincidencia, no tiene sentido, simplemente no lo entiendo.

...

¿Habrán más de ellos en la habitación? Supongo que el silenciador de la pistola me salvó del ruido, en parte, porque el sonido del CPU cayendo al suelo le habría llamado la atención a cualquiera que se encontrase por aquí. ¿Y por qué la túnica?

Pero qué rayos. En este momento recuerdo quién soy; LA DIOSA DE LA VIDA Y DE LA MUERTE. Trato de sacarme todas esas preguntas locas de mi cabeza. Ya no me pregunto más nada, tan solo me acerco al cuerpo.

Suave con las manos, bajo lentamente la capucha roja que estaba recubriendo su cara; el sujeto debe estar rondando los 40 años. Tiene piel blanca. Cabello castaño. En ese instante reconozco su cara y finalmente... sé quién es. Había matado a Jean Baptiste LeMarchand, en otras palabras, había asesinado a Tigrounette.

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Capítulo 6.2: Caperucita Roja

Parte II

Tan inesperadamente... siento que cambié la vida de todos para siempre.

¿¡Qué mierda voy a hacer con el cuerpo!? Es cruel, pero se lo merecía. De todas formas iba a terminar de igual manera. Me siento en una de las sillas de la oficina y me quedo mirando a la nada recalculando qué voy a hacer con mi vida. No... esto no ha terminado. Este sujeto solo era uno de muchos. Todos deben recibir su maldito merecido.

De la nada, por menos de un segundo, vuelvo a escuchar ese mismo pequeño grito, y de la nada para.

Sigo aturdida por lo sucedido. Mi cabeza todavía no puede procesar a Tigrounette vestido con esa túnica roja desangrándose en el suelo. Apago las luces en el interruptor y me fijo qué está pasando en las afueras desde las ventanas. La calle está vacía, desolada. Simplemente no ocurre nada. No entiendo nada.

Enciendo la linterna. Dejaría las luces encendidas pero no quiero que nadie piense que la oficina de alguna manera está abierta —o que estoy en ella—. No dejaré que un cuerpo tirado y un poco de sangre interrumpan mi cometido. Seguiré explorando el edificio.

Una vez más, en otra fracción de segundo, escucho ese 'grito' nuevamente. Y aunque fue imperceptible, intento que mis sentidos me guíen hacia sea lo que haya sido eso.

Mientras buscaba a oscuras algo para limpiar el charco de sangre, de pronto comencé a notar un pequeño destello de luz, muy tenue en realidad, que venía de uno de los pasillos de la otra sala.

Me acerco. Viene de un ventanal rectangular relativamente ancho. No se ve muy bien detrás de él, es demasiado opaco. Me quedo observando por si veo algo, pero nada. Solo esa luz amarilla que... aAHHH, casi me da un infarto.

Una sombra, una silueta, acabó de pasar del otro lado de la ventana. Hay alguien dentro.

Mi cuerpo reaccionó instintivamente al estímulo y dio unos pasos atrás sin pensarlo. De repente me doy cuenta que cerca de esta ventana hay una gran puerta metálica, parecida a esas que están en los bancos que parecen una caja fuerte. Es todo tan extraño...

... dios santo. (Es decir, yo, claro)

Poco después la puerta metálica se abre. Salen dos encapuchados vestidos con otras túnicas rojas dentro de dicha sala. Se dirigen a otro pasillo de la oficina caminando rectos sobre una misma línea. Parece que no se hubieran percatado de mí. Estando la puerta abierta puedo oír grandes gritos que vienen de adentro. Fuerzo mis ojos para ver qué está sucediendo dentro de esa habitació-GKFDG,FSKSMD. Esta vez sí sentí un infarto.

Aterrada, pero con la mente completamente en blanco, sin pensar ni entender absolutamente nada y con la pistola firmemente agarrada en mi mano, me dirijo hacia lo que sea que haya dentro de esa habitación. Los gritos y gemidos se escuchan aquí mucho más fuertes. Ágilmente me escondo al inicio detrás de una pequeña biblioteca, presenciando el acto rotundamente más horripilante, grotesco y fuera de lugar que vi en toda mi existencia: una concepción.

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Lo que estoy presenciando en este momento es realmente muy... muy extraño.

Cierro los ojos un segundo, intentando no escuchar todos estos gritos y gemidos. Intento repasar mentalmente todo lo que está pasando, que fue demasiado estrafalario.

- Primero. Esperé afuera de las oficinas de Atelier hasta la madrugada, para así entrar y planificar mi futuro gran asesinato.
- Segundo. De la nada apareció Tigrounette vestido con una túnica roja (igual a las de los otros tipos) en esa habitación llena de computadoras cerca de la entrada y por error lo terminé matando.
- Tercero. Todo este tiempo estuve escuchando unos leves y pequeños gritos que terminaron viniendo de este "lugar secreto" (¿Qué carajos hacen con un cuarto así en una oficina? santo cielo ES UN DEPARTAMENTO).


Y cuarto... ya detonada, pensando que no podría encontrarme nada peor, presencio a Melanie Christin (la famosa Melibellule, co-creadora de Transformice) con una PANZA GIGANTE, en el medio de esta habitación —por cierto, iluminada con decenas de velas— acostada en una cama abierta de piernas, junto a 4 personas MUY ATERRADORAS vestidos con largas túnicas mientras ella ESTÁ GRITANDO, GIMIENDO Y LO PEOR DE TODO; LITERALMENTE, ESTÁ PARIENDO.

Melibellule está embarazada... y en este preciso momento está dando a luz. Cuatro sujetos a su alrededor parecen estar haciendo el rol de enfermeros. Pero no veo aquí dentro ninguna clase de herramientas quirúrgicas. Todo es demasiado extraño.

Recalculando, en total hay por lo menos 7 personas en la oficina. Y entre las dos pistolas tengo menos de 6 balas. Hoy no iba a realizar la masacre, así que de todos modos disparar sería una mala idea.

Intento pensar, pero los gemidos de Melanie acrecetándose me molestan cada vez más. Comienza a aterrarme la idea de que esos dos sujetos que abandonaron la sala se den cuenta del cuerpo, como si esto no fuera malditamente espeluznante ya. No sé cómo reaccionar, sería hermoso si alguien se percatara de esto y llamara a la policía o algo, pero no hay nadie y jamás tuve un celular.

Melibellule está exhalando cada vez más fuerte, por lo queDIOS SANTO, YA, EN ESTE PRECISO INSTANTE; EL BEBÉ ESTÁ NACIENDO.

La cabeza del feto comienza a salir de su vagina, en tantos horripilantes gritos veo como la coronilla del bebé sale lentamente, pero parece que se estanca y de alguna forma se le vuelve a meter. Uno de los sujetos vestidos de ese rojo siniestro mete sus manos descubiertas allí dentro y bruscamente, con mucha fuerza, lo trata de sacar.

Yo sigo inmóvil, con los ojos tan abiertos como su vulva, viendo como ferozmente uno de esos hombres hace toda la fuerza posible para sacarlo; trata de agarrarlo, tirando de una forma horriblemente salvaje y bruta, pero no logra alcanzarlo. Parece que intenta volver a sacarle la cabeza, pero está atorado.

Otro de los sujetos mete sus manos dentro de su vagina, y con muchísimo vigor logra extraerlo hasta la mitad del torso. Es un bebé bastante grande. Me quedo observándolo fijamente, tanto así para asegurar que... ESO NO ES HUMANO.

Melibellule no para de gemir. Los de las túnicas hacen mucha fuerza para extraerlo pero a tal punto parecen no saber qué hacer. En todo este tiempo ninguno dijo una sola palabra además de los chillidos y los miles de ruidos hechos por Christin.

La cabeza de esa cosa se ve más bien marrón, empapada en sangre. Yo sé cómo se ven los bebés, y esa cosa no es una. El cráneo está muy deformado, parece amorfo. Puedo ver sus orejas puntiagudas, que están encima de su cabeza como las de un felino, orejas negras que no combinan con la piel marrón del bebé, impregnada de manchas en el cuerpo como las de las ratas o los hámsteres, pero sin olvidar esa figura aparentemente "humana" llena de tumores y deformaciones, con una cara tan espeluznante que parece pertenecerle al mismísimo diablo.

Los hombres de las túnicas hacen tanta fuerza que sacan a esa criatura monstruosa de un tirón de la vulva de Melibellule, pero ella sigue gritando, y cada vez con más dolor —como si nunca hubiera terminado de parir—. El extraño bicharraco cae y choca contra el piso, sale desparramado un montón de cordón umbilical de más de un metro de largo y mucho líquido sarnoso. Uno de los hombres intenta levantarlo mientras esa cosa perteneciente al infierno se le intenta resistir.

YA ESTÁ, ESO FUE TODO. ESA MALDITA COSA NACIÓ PARA SER ABORTADO.

Hacen lo posible para cortar el cordón, que parece ser doble porque tiene una cola propia de roedor, y santo cielo... sus patas, sus pies, todos ellos tan diferentes y horripilantes. YA NO ME QUEDA OTRA OPCIÓN. Agarro el arma y disparo, DISPARO. 5 TIROS CONSECUTIVOS AL ENGENDRO ESE, QUE TERMINA CAYENDO AL SUELO Y LOGRA ESQUIVARLOS.

ME QUEDO SIN BALAS, UNO DE LOS TIROS TERMINÓ MATANDO A UNO DE LOS ENCAPUCHADOS, PERO LA CRIATURA ESCAPA, ROMPE LA VENTANA OPACA QUE DABA HACIA LA OTRA SALA Y CORRE, MIENTRAS QUE LOS INFAMES DISFRAZADOS SIN SABER CÓMO REACCIONAR AGARRAN LO PRIMERO QUE VEN Y SE ACERCAN A MATARME

CORRO Y SALTO POR LA VENTANA HECHA PEDAZOS Y SIGO CORRIENDO, CORRO. AUNQUE MIS PIERNAS NO DEN MÁS, SIN PENSAR, SIN NADA MÁS. CORRO, CORRO Y SIGO CORRIENDO HASTA QUE NO DOY MÁS. COORRRRRROOOOOOOOOOOOOO.

HISTORIA DE HORROR BASADA EN HECHOS REALES

Capítulo 7: Última conexión al averno

THE FINALE

Muchos eruditos dicen que el número 7 tiene una simbología muy marcada en la Biblia, muchos lo toman como aquello que es o llegará a ser perfecto y pleno; otros, sin embargo, como algo mucho mayor. Según este libro, Dios les dijo a los israelitas que caminaran alrededor de Jericó durante siete días consecutivos, y una vez hecho esto, que dieran siete vueltas. En Apocalipsis 1:4 el mensaje de Dios fue dirigido hacia siete iglesias, que parece tener relación tanto con las siete trompetas del apocalipsis como con las siete cabezas de la Bestia. Y cuando Pedro le preguntó a Jesús cuántas veces podía él perdonar a alguien, su respuesta fue "siete veces y sino hasta setenta veces siete".

Me río en la cara de los imbéciles que creen que eso es verdad. Porque... Yo soy la verdad.

Despierto en mi habitación después del grave incidente en las oficinas de Atelier. Sigo intentando despejar mi mente de todo lo que vi ayer, la imagen de esa aberración de los más bastos infiernos sigue rondando una y otra vez por mi cabeza.

Mis miedos sumados a la fuerte tormenta que azota la ciudad francesa no me dan mucha motivación para salir del colchón, el simple oír del ruido de la lluvia me dice que es una mala idea. Me pregunto a mí misma si esta pobre casa alquilada resistirá la tormenta, y aún más importante, si esos extraños sujetos de las túnicas vendrán por mí de vuelta.

Una y otra vez, viendo partes aleatorias de la habitación, fuerzo mi mente a estar en blanco. Es un cuarto simple; una cama, un horno y un baño, todo en la misma sala, junto a un poco de basura añeja acumulada. A pesar de todo, mucho mejor de lo que era Santiago del Estero. Me pregunto qué será de mi vida después de esto. Giro un poco más la mirada y observo algo escondido dentro de lo que separa la cocina de la alacena... es... es...

Sin importarme nada más me levanto saltando del colchón, agarrando lo que parece ser una computadora. UNA COMPUTADORA. La felicidad corre por mi rostro, es mi oportunidad de comunicarles a todos lo que está pasando.

Se conecta automáticamente a un internet público y, aunque se me dificulta un poco el uso del teclado, rápidamente logro abrir TFM a la primera. No dejaré que ese maldito heteropatriarcado acabe con mis amigas. Las necesito, ellas son lo primero.

Mientras la barra de carga intenta llegar al 100% la nostalgia de todos los momentos de mi vida, en su mayoría dentro de este juego, pasan por mi cabeza. Estos recuerdos vuelven a instalarse en mi mente, y quizás para evadirlos, me conducen hacia lo más trivial de estos últimos meses, de este viaje estrambótico que me ha llevado hasta aquí.

El momento en que me creé esta cuenta; mi nacimiento, mi natividad. Los acontecimirntos posteriores; como el haber sido conducida hacia el bosque donde fui tentada por el mismísimo diablo, la personificación del patriarcado. El gran recorrido de ir reclutando gente para mi tribu, mi ministerio, en la que llegué a tener 12 apóstolas, mis doce miembros. Todo esto hasta ese último día en entrar al juego, ya saben, cuando oraba en una de esas salas -de hombres que te violan solo con la mirada- hasta que llegó esa Judas mentirosa que me traicionó llamando a los moderadores, y el momento de mi crucifixión, donde finalmente fui baneada. Viendo todo esto en perspectiva, puedo confirmar que es momento de regresar a TFM. Es momento de mi resurrección.

Esto me lleva a la gran pregunta del millón: Ayer acaba de morir Tigrounette ¿Cómo estará Transformice hoy?

Ya presiento el terrible caos que todos deben estar pasando, ojalá las noticias se hayan encargado de viralizar el sangriento acto con todos sus macabros detalles. Me da el presentimiento de que de alguna u otra forma han ocultado la mayoría de las cosas a las autoridades, quedando solo en evidencia mi asesinato. Ansío decirle a Shadowstina y a las demás lo que está pasando, poder revelar lo que esta maldita empresa está intentando lograr, todas las barbaridades que se esconden bajo su telón heteropatriarcal. Cada maldito microsegundo es una eternidad.

La barra logra cargarse y aparezco en una sala. Desesperadamente clickeo la lista de amigos y la de la tribu. Casi me da un infarto; absolutamente todas estaban desconectadas. Thigaturra. Shadowstina. Rebésica. Inclusive esa cara de torta horrenda que solo la tenía agregada para stalkear. Todas ellas... están desconectadas. Y viendo sus fechas de desconexión, al igual que yo, hace bastante tiempo al parecer.

Para mi grata sorpresa las salas están igual que siempre; ratas ignorantes juntando quesos como si nada pasara, conversaciones sobre temas triviales como ningún otro. Sin embargo, en un plano general pareciesen ser muchísimas menos. El número de salas decayó bastante, el número de jugadores ha disminuído considerablemente... ¿Qué está pasando?

En otra pestaña googleo sobre noticias francesas, asesinatos y sobre la mismísima compañía, pero no aparece absolutamente nada. La noticia no ha salido a la luz ... ESTE JUEGO DE MIERDA SE MERECE TODO LO QUE LE ESTÁ PASANDO. Saboreo la hora de mostrar la verdad sobre esta empresa y ver como la cantidad de jugadores termina en CERO.

Y ese momento es ahora. Es hora de abrir el foro y escribir la carta, el hilo, para contarlo absolutamente todo. Terminarlo todo.

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Después de largas horas escribiendo, mientras escuchaba los inacabables relámpagos de la tormenta, ya se cumplieron 15 minutos desde que publiqué el hilo contando lo sucedido con toda su contundencia. Sigo viendo la pantalla del portátil fijamente esperando alguna respuesta. Aún no estaría sucediendo nada.

¿¡QUÉ ESTÁ PASANDO!? DE SEGURO DEBE SER UN TRUCO BARATO DEL CENTINELA FACHO HORRIBLE DE OBEMICE PARA QUE NADIE LO VEA, LA CONCHA DE LA LOREMG, TE VOY A MATAAAAAAAAAAAAAAAR

Golpeo el teclado de ira y por error pulso una de las teclas que se encontraban arriba. La página se refresca. Se reinicia. Y de la nada, por azar sorprende y mágico del destino, ocurre un milagro; salen dos comentarios de dos personas que habían respondido con anterioridad.

Me alago a mí misma, mis poderes de mesías salvadora son de sorprender. Aprecio todo mi poder.


Sin embargo, los comentarios, tan vacíos como son, simplemente me llenan de decepción.
"pene"
"jajaque"

Pasé horas escribiendo eso y nadie me toma en serio, me pone de los pelos. Veo la hora y me sorprendo que ya está anocheciendo, tal cual como los viejos tiempos; de un abrir y cerrar de ojos en la pantalla parece como si no me hubiera percatado del paso del tiempo.

Siendo sincera ya no sé qué es real y qué no. La batería de la computadora llega a su fin. Se apaga. Me quedo observando el sucio y denigrante reflejo de mi cara.

Me enoja que le cuento la verdad al mundo y me toman como una burla, un chiste. Tanto tiempo y esfuerzo invertido en esto, toda mi vida arruinada y desolada por completo. Me da tanta rabia... como para asesinarlos a todos.

De repente, el sonido de la lluvia y sus relámpagos quedan opacados por extraños ruidos fuera de la casa. Alguien está entrando. Serán... ELLOS, están viniendo.

Con el corazón en la garganta doy un salto de donde estaba y corro hacia una pila de objetos antiguos apilados. Me oculto rápida y cuidadosamente detrás de éstos.

Tras iracundos intentos la puerta se derrumba con un fuerte golpe. Intento no hacer el menor ruido mientras mi presión se eleva por los cielos, porque, santo cielo, entré en pánico.

Son ellos ¿¿¿Cómo carajos supieron que resido aquí!??? ...la dirección de IP.

Mis manos sudan como nunca en la vida lo han hecho. En el intento de no emitir el más minúsculo sonido estoy tapando lo más fuerte que puedo mi boca con ellas. En tanto, observo como cinco personas con esas mismas sombrías túnicas han entrado a esta pequeña habitación, a punto de acabarme para siempre.

La pistola se encuentra debajo de la cama, justo ladeando la puerta donde los encapuchados se encuentran. Si tan solo pudiera agarrarla...

Una vez más diversos recuerdos inconexos vuelven a pasearse por mi cabeza. El bicharraco demoníaco escalando los altos techos de Francia; la muerte de mi padre y también las fotos de mi difunta madre estando embarazada.

Me doy cuenta que han comenzado a examinar esta parte de la habitación y que poco a poco se acercan a donde estoy.

Mi corazón palpita como nunca en la vida lo ha hecho. De repente toda la pila de objetos a mi alrededor cae al suelo bruscamente. Dos de estos sujetos me agarran con fuerza tirándome al piso mientras no paro de gritar.

En solo segundos hacen una ronda a mi alrededor y, dejándome acorralada, los hombres de las túnicas se sacan las capuchas que estaban ocultando sus caras. Puedo reconocer a cada uno de ellos... Loukno, Sydoline, el mismísimo Kura, cada uno de los ex-administradores tan recordados que supuestamente abandonaron la compañía, MALDITOS.

En mis sollozos de desesperación sacan cuchillos de sus bolsillos, y con todo el pánico y el dolor del mundo, fuertemente, una y otra vez, me apuñalan. En un charco inmundo de sangre, frente a un suplicio, el mismísimo mal y la tortura, mi piel se marchita y mis sentidos se desvanecen en la nada.

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Recupero consciencia, en medio de un amanecer, desnuda y con pocas ideas. Nadando en una extraña conformidad, una sensación de alivio existencial comienza a recorrer mis venas. Por primera vez en un estado neutro, en el que no me siento ni más ni menos que nadie, junto a interesantes nuevas sensaciones. Solo espero mi juicio, mientras mi alma se enfría y un basto calor a unos metros de mí se calienta.

No tengo palabras justas para describir lo que está pasando. Simplemente... no tengo cómo nombrarlo.

- UNNAMED -